Aunque son muy frecuentes los préstamos con cuotas
fijas durante todo el plazo de amortización, también
es usual poder escoger préstamos con cuotas variables.
Dentro de las cuotas variables conviene distinguir dos casos:
Cuotas variables fijadas
de antemano, en las cuales el cliente sabe exactamente qué
ha de pagar en diferentes momentos del período de duración
del préstamo.
Cuotas variables en
función de si se producen o no modificaciones en el tipo
de interés que se toma como base o referencia.
En este último caso nunca se sabe con certeza qué se
pagará en el futuro.
La entidad financiera sólo nos informa del tipo de interés
que se aplica en la actualidad y, cuando nos comunica el coste del
préstamo, lo que hace simplemente es considerar que ese tipo
de interés variará en el futuro.