Prepararse para el éxito.
Todo lo que necesita saber para escoger un Master en e-Business
Si formación significa inversión, los futuros
gestores de negocios Internet disponen de una amplia oferta
para hacer prosperar sus activos intelectuales.
Negocios a la velocidad del pensamiento. Con este sugerente
título se presentaba el último libro de uno
de los más importantes personajes de la industria del
software. "El siglo veintiuno -se lee en las primeras
páginas de la obra de Bill Gates- versará sobre
la velocidad: la rapidez de los negocios y la rapidez de los
cambios". Y continúa: "Para mantenerse al
día y anticiparse a los cambios, las empresas deben
mejorar radicalmente su flujo de comunicación".
Aunque plenamente aceptada, esta teoría se está
llevando a la práctica sólo en su primer enunciado:
la velocidad. Según una encuesta de la consultora de
management Kepner-Tregoe, el 77% de los gestores norteamericanos
aseguran haber aumentado el número de decisiones tomadas
diariamente en los últimos tres años.
Internet, que debía hacer posible la segunda parte
de la teoría -mejorar el flujo de comunicación-,
está contribuyendo en cambio a esta precipitación.
La falta de comprensión sobre su aplicación
a los procesos de negocio ha llevado a los gestores de las
puntocom a tomar decisiones apresuradas y erróneas
al respecto. A estas alturas, sobran ya los ejemplos de derrumbes
provocados por el fenómeno.
El punto de fallo de la hipótesis de Gates es que
nuestro pensamiento no va tan deprisa como los cambios que
viven la tecnología y los negocios. Prueba de ello
es la falta de personal cualificado para atender a las empresas
de Nueva Economía.
Nuevos gestores Los últimos datos de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) hablan de un déficit
de 1,6 millones de profesionales en Europa en 2002. Esta carencia
de ingenieros y tecnólogos preocupa tanto a empresas
como a administraciones públicas. Ambas están
arbitrando mecanismos para atraer y retener técnicos
a sus respectivos mercados, así como para formar personal
en estas especialidades.
Sin embargo, existe otra forma de capital intelectual a la
que no se presta tanta atención: son los gestores (directivos,
responsables de área y otros ejecutivos) que han de
conseguir que esos cambios se lleven a término. IDC
los denomina "estrategas de negocio Internet". La
consultora revela en un reciente estudio que, sólo
en Europa, hay 1,3 millones de estos profesionales y que la
cifra ascenderá a 6,1 millones en 2004. Los estrategas
de negocio europeos son hombres (en un 84%) jóvenes
(más del 25% de ellos es menor de 30 años),
que en su mayoría trabajan en medianas y grandes empresas
brick & mortar, y en un 68% ocupan cargos de responsable
de departamento o superiores (ver El perfil del estratega).
La influencia de los estrategas de negocios Internet en el
conjunto de la economía será trascendental.
IDC estima que en 2004 moverán 1,7 billones de dólares
en inversiones de negocio e infraestructuras, y que serán
los causantes de la generación de 2 billones de dólares
en comercio electrónico. Pero eso no es todo. Su poder
se está notando ya en otros aspectos: más de
la mitad asesoran o controlan las alianzas y partenariados
de la empresa en que trabajan, y más del 60% influye
o decide en la elección de proveedores o compras de
productos que dan soporte a las iniciativas de Internet de
su compañía.
Se entiende así el argumento de Josep Maria Oroval,
director del Global E-commerce Master (GEM) de ESADE, que
asegura que "la adaptación al e-business exige
un nuevo gestor con unas características muy concretas:
creativo, capaz de trabajar en mercados globales, con una
gran capacidad de networking y una nueva manera de relacionarse
con su gente".
Los directivos españoles son conscientes de las exigencias
del nuevo escenario. Según el sondeo La gestión
empresarial en el año 2000, elaborado por la escuela
de negocios IESE y la consultora de comunicación Burson
Masteller, las tres cualidades más importantes para
el directivo español son la visión de futuro,
la capacidad de motivar a los equipos de trabajo y la flexibilidad
para responder al entorno.
Santiago Álvarez de Mon, director del programa Executive
MBA de IESE, considera que "en general, existe un déficit
en actitud, más que de conocimientos". Para este
experto en sociología del comportamiento empresarial,
"los conocimientos técnicos tradicionales pueden
trasladarse a la Nueva Economía, pero la mentalidad
empresarial es otra cosa. Esto llegará en su momento
a los directivos, que todavía no la han adoptado".
Lugares para aprender Sin embargo, el ritmo de los acontecimientos
no permite esperar a ese cambio de mentalidad. Con el fin
de acelerar la adaptación de los ejecutivos a la Nueva
Economía y, admitámoslo, aprovechando la oportunidad
de negocio que genera esta nueva situación, multitud
de instituciones, universidades y, sobre todo, escuelas de
negocios han creado o adaptado su oferta académica
al e-business. Sólo en España hemos encontrado
una docena de cursos de posgrado especializados en la materia
(ver Dónde estudiar).
David Parcerisas, subdirector de EADA y secretario general
de la Asociación Española de Escuelas de Dirección
de Empresas (AEEDE) afirma que el auge del e-business está
afectando a las escuelas de negocios en varios niveles: "Se
está dejando ver en lo conceptual, porque es una materia
que hay que incluir en los temarios; en el modo de enseñar,
porque hay un impacto tecnológico en la forma de lo
que se enseña (sea nuevo o viejo); y finalmente, en
la gestión de las propias escuelas, en las que necesariamente
deben producirse cambios".
A grandes rasgos, podemos hablar de dos líneas de
actuación de los centros respecto al e-business: los
que han decidido crear un producto educativo específico
para la gestión de los negocios electrónicos
y los que abordan la cuestión de forma transversal,
con asignaturas concretas o introduciendo el tema en cada
uno de sus programas.
"Los masters en e-business y e-commerce están
pensados para personas muy preparadas que buscan recibir una
formación intensiva y rápida", explica
Josep Maria Chaqués, consejero delegado de Grupo Heptium
y director del master en e-business de La Salle en Barcelona.
"Se trata de gente que necesita una formación
a corto plazo. A la larga es normal pasar a otro tipo de estudio
más estratégico, como un MBA", matiza el
coordinador de la oferta e-business de La Salle. (Esta institución
ha previsto un curso puente entre esta formación y
los MBA).
Paralelamente, los programas de formación empresarial
tradicionales -Económicas, Empresariales, especializaciones
y masters- están adaptándose progresivamente
al e-business mediante asignaturas específicas, como
sistemas de información o e-marketing, y el uso de
casos de empresas de Nueva Economía en las distintas
materias. "Por ejemplo, en asignaturas clásicas,
como Estrategia, hace dos años que se presenta el caso
de Amazon y en otras, como Finanzas, se estudian las distintas
formas de valoración de empresas de Nueva Economía",
relata Gabriel Aldamiz-Echevarría, subdirector de comunicación
del Instituto de Empresa.
Desde casa Aunque todavía muy incipiente, existe una
tercera alternativa, representada por las iniciativas de formación
on line. Según Josep Maria Monguet, director del master
en e-business (MEB) a distancia de la Fundación Winterthur,
la aspiración de estos programas es convertirse en
plataformas de formación profesional continua. "Antes
la formación podía planificarse durante tres
o cuatro años y eso hacía que se pudiera estructurar
en el tiempo. Ahora el ritmo es mucho más rápido,
por lo que hay que reducir la dosis y hacerla permanente".
La mayoría de los cursos especializados en e-business
del mercado imparten algunos capítulos de teoría
o práctica vía web, pero los expertos en formación
de directivos no acaban de convencerse de su utilidad en la
totalidad de los programas: "Internet no es un sustituto,
sino un complemento a la formación presencial",
sentencia Parcerisas, de la AEEDE. "La formación
magistral y la teoría más estandarizable, lo
más instrumental (como las estadísticas o un
determinado plan contable) pueden empaquetarse con facilidad.
En cambio, si hablamos de habilidades directivas, de formación
de equipos o de técnicas de negociación, difícilmente
pueden explicarse on line", dice.
Con todo, los responsables de los masters en e-business consultados
inciden en que el elevado grado de obsolescencia de los contenidos
obliga a centrarse en el desarrollo de habilidades para trabajar
con sistemas on line. "El cuerpo de los conocimientos
habrá cambiado de aquí a tres años -asegura
Oroval, responsable del posgrado internacional en el que participa
ESADE-. No creo que tengan tanta importancia los contenidos
en sí como las competencias que se llevan a cabo en
el master y que luego se aplicarán en las empresas".
Así, los distintos centros han creado sus propias
plataformas on line que permiten a los alumnos trabajar en
equipo y gestionar la información para generar conocimientos.
Para Enriqueta Vidal, directora de consultoría y desarrollo
de la Fundación Politécnica de Cataluña,
"uno de los aspectos que se observa en estos masters
es que el conocimiento se está creando constantemente.
Por ello, se ha desarrollado un espacio de gestión
en el que se comparten conocimientos".
Josep Maria Monguet, de la iniciativa Winterthur, considera
que esta formación no presencial debe caracterizarse
por que "el alumno pueda aprender practicando, que la
formación se lleve a cabo mediante encuentros y consultoría
(foros) y que se simplifique al máximo la información".
Breve, práctico y, si puede ser, real En España,
la oferta académica especializada en Nueva Economía
arrancó durante el curso 98/99 y, en algunos casos,
este mes de febrero inicia su tercera o cuarta edición.
Esto se debe a que son programas muy cortos (entre 400 y 600
horas), que se desarrollan en lo que la Fundación Politécnica
ha denominado e-year. Enriqueta Vidal cuenta que "cuando
nos sentamos a diseñar el curso con las empresas participantes,
nos dijeron que una oferta de master en e-business no podía
durar más de cuatro o cinco meses, un e-year".
Otro de los requisitos exigidos por las empresas es que los
cursos sean eminentemente prácticos. "El objetivo
-afirma Joan Pere Losada, director de la Fundación
Industrias de la Información (F2i) sobre el master
de dirección en la innovación en las empresas
de la sociedad de la información que preside- es que
la gente que salga de este curso sea capaz de crear nuevas
empresas, nuevas divisiones o hacer evolucionar proyectos
dentro de la compañía".
Para ello, la mayoría de posgrados diseñan
sus programas alternando teoría y práctica,
pero siempre pensando en un proyecto final. "Se combinan
las lecciones sobre economía y finanzas, compras y
logística, marketing y comercial, RRHH y management
tradicionales desde el punto de vista de la organización
y la tecnología, para pasar a las versiones electrónicas
de las mismas (e-economics, e-financials, e-logistics
)
y terminar con un plan de empresa", dice Chaqués,
de La Salle.
Uno de los aspectos más destacados por todos los docentes
es el sistema de trabajo en equipo. En la mayoría de
los casos cada alumno presenta un proyecto, se efectúa
una selección y, finalmente, se crean equipos para
desarrollar un business plan completo o un prototipo con los
mejores. El responsable del MEB Winthertur explica que los
profesores velan por que los equipos sean lo suficientemente
complementarios y que todos participen: "En la valoración
del trabajo de laboratorio -advierte Monguet-, se ponen notas
individuales y de grupo. Se pide que cada parte del plan lo
firme alguien. Con esto se busca que la gente no se cuelgue".
En el caso del Global E-commerce Master, en el que ESADE
participa junto a otras ocho universidades, se crean grupos
de trabajo multinacionales que trabajan en red a lo largo
de todo el master. "Se trata de utilizar las herramientas:
entender, practicar y prepararse para entornos globales y
multiculturales", señala Oroval.
Por su parte, la responsable del master en e-business de
la Fundación Politécnica cuenta que una de las
maneras de implicar a las empresas en el curso es que los
proyectos ejecutados sean reales. "Del master se sale
con el plan de negocio de un proyecto real y concreto de e-business
o e-service para la empresa". Según Vidal, de
momento cuentan, entre otros, con un B2B2C para el sector
farmacéutico, un proyecto de e-printing, una sede de
distribución de recambios de automóviles y una
red de concesionarios de coches.
Algo de teoría Durante los meses del boom tecnológico,
muchos creyeron que los principios de la economía se
habían subvertido. Que la valoración de las
empresas debía hacerse sólo en términos
de sus expectativas, que cabía cualquier inversión
publicitaria para posicionar la marca (aun a costa de otros
recursos básicos de la empresa) y que bastaba cualquier
idea genial, puesto que los beneficios no tenían por
qué ser el objetivo del negocio. La situación,
sin embargo, ha cambiado.
"En las tres ediciones que lleva el master se ha visto
el impacto de lo que ha pasado en 2000. Ya no hay tanta gente
como al principio con grandes ideas y poco business plan.
Desde octubre -reflexiona Chaqués, de La Salle-, se
ha notado que viene gente después de la gran bofetada,
pero que tiene una visión más sólida
del e-business".
Para obtener esta solidez, los alumnos de los cursos de e-business
reciben cierta dosis de teoría. "En el fondo es
un MBA, pero diseñado a la luz de la Nueva Economía
y siempre teniendo en cuenta las posibilidades que ofrecen
estas tecnologías", comenta Joan Pere Losada,
de F2i. "Aparte de las típicas asignaturas de
un posgrado en administración de empresas -precisa-,
se añaden dos cosas importantísimas: un módulo
tecnológico y un módulo sobre el valor estratégico
de la información".
Aunque la estructura de los cursos varía sensiblemente
de uno a otro, la mayoría de centros coinciden en introducir
asignaturas de tecnología, aspectos legales y finanzas.
La diferenciación llega en algunas materias que darán
el cariz más tecnológico o más económico
al master. En ESADE, por ejemplo, y a diferencia del resto
de universidades que componen el GEM, se han introducido Knowledge
Project Management (gestión del conocimiento aplicada
a proyectos), E-human relations (sobre la relación
entre empleados y empleadores) e Intra-entrepreneurship (sobre
creación de nuevas actividades en el seno de la empresa).
La novedad y la rápida caducidad de los temas obliga
a trabajar con papers o artículos, y no libros. "Parte
del contenido de los programas se genera internamente, producto
de la investigación de nuestro claustro de profesores,
y parte son las enseñanzas de la propia industria,
ya que un número importante de los profesores que imparten
en estos programas son los actores principales de las empresas
europeas e internacionales", asegura Yanire Braña,
subdirectora del master en e-business del Instituto de Empresa,
quien también reconoce que se incluye bibliografía
tradicional.
Aunque todavía es pronto para hablar de clásicos,
los autores más mencionados por los responsables de
estos cursos son los laureados economistas Michael Porter,
Peter Drucker y Jeremy Rifkin, nuestro universal sociólogo
Manuel Castells y los más tecnológicos Gordon
Moore, Robert Metcalfe y Haim Mendelson.
Y después, ¿qué? Tras la inversión
en formación debería llegar la recuperación
en forma de nuevos proyectos, promociones profesionales o
una enriquecida red de contactos.
"En las últimas ediciones hemos tenido una media
de tres empresas de nueva creación por master. En ellas
se han integrado alumnos de la clase", declara un satisfecho
Josep Maria Chaqués respecto a los cursos e-commerce
y e-business de La Salle.
En este sentido, muchos de los centros educativos han fomentado
la creación de concursos, presentaciones a inversores
y, en algunos casos, viveros de empresas en los que se ofrece
un acompañamiento a los recién nacidos proyectos.
Es el caso de ESADE, que anualmente organiza unos premios
de innovación empresarial apoyados por la industria;
La Salle, que está construyendo su Parque de Innovación
Tecnológica y Empresarial desde el que se llevarán
a cabo sus proyectos de "trampolín tecnológico";
o la Universidad Politécnica de Cataluña, que
cuenta con el programa Innova, con el que asiste durante seis
meses a las empresas de nueva creación.
"Nuestra idea no es hacer un master sin más -manifiesta
Enriqueta Vidal, de la Fundación UPC-. Se trata de
crear una red de empresas interesadas en el e-business".
Sin embargo, y como refleja el mencionado estudio de IDC,
la mayoría de los nuevos gestores irán a parar
a empresas tradicionales, en departamentos cercanos a la dirección
pero independientes del resto de la empresa.
Según Josep Maria Oroval, de ESADE, lo que está
pasando con el e-business es lo mismo que sucedió con
el marketing hace quince años: el director de marketing
sólo hacía marketing, pero el reconocimiento
de la importancia de la marca ha hecho que todas sus acciones
pasen ahora por el director general. "El e-business,
que inicialmente aparece como una inquietud de los responsables
de la división de sistemas por los cambios tecnológicos,
está jugando un papel tan estratégico que está
siendo asumido por la dirección general de las empresas".
Los departamentos de e-business suelen estar "no al
margen, pero sí separados del resto de la empresa,
aunque siempre dependientes de la dirección general",
remarca Josep Maria Chaqués, de La Salle. Se trata
de un elenco de profesionales con perfiles muy heterogéneos:
desde el tecnólogo puro y duro hasta el responsable
de marketing o el de contenidos. "De momento, se han
duplicado los procesos de las compañías",
reconoce Chaqués. "Creo que en el plazo de dos
o tres años pasaremos a tener e-business plenamente
integrados en la estructura de la empresa".
Mientras eso sucede, las compañías deben atender
a la formación de sus empleados en e-business. Una
inversión, ya no a largo plazo, como lo ha sido hasta
ahora la preparación empresarial, sino permanente.
Susanna Arasa (susanna@Prepararse para el éxito. Todo
lo que necesita saber para escoger un Master en e-Business
Si formación significa inversión, los futuros
gestores de negocios Internet disponen de una amplia oferta
para hacer prosperar sus activos intelectuales.
Negocios a la velocidad del pensamiento. Con este sugerente
título se presentaba el último libro de uno
de los más importantes personajes de la industria del
software. "El siglo veintiuno -se lee en las primeras
páginas de la obra de Bill Gates- versará sobre
la velocidad: la rapidez de los negocios y la rapidez de los
cambios". Y continúa: "Para mantenerse al
día y anticiparse a los cambios, las empresas deben
mejorar radicalmente su flujo de comunicación".
Aunque plenamente aceptada, esta teoría se está
llevando a la práctica sólo en su primer enunciado:
la velocidad. Según una encuesta de la consultora de
management Kepner-Tregoe, el 77% de los gestores norteamericanos
aseguran haber aumentado el número de decisiones tomadas
diariamente en los últimos tres años.
Internet, que debía hacer posible la segunda parte
de la teoría -mejorar el flujo de comunicación-,
está contribuyendo en cambio a esta precipitación.
La falta de comprensión sobre su aplicación
a los procesos de negocio ha llevado a los gestores de las
puntocom a tomar decisiones apresuradas y erróneas
al respecto. A estas alturas, sobran ya los ejemplos de derrumbes
provocados por el fenómeno.
El punto de fallo de la hipótesis de Gates es que
nuestro pensamiento no va tan deprisa como los cambios que
viven la tecnología y los negocios. Prueba de ello
es la falta de personal cualificado para atender a las empresas
de Nueva Economía.
Nuevos gestores Los últimos datos de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) hablan de un déficit
de 1,6 millones de profesionales en Europa en 2002. Esta carencia
de ingenieros y tecnólogos preocupa tanto a empresas
como a administraciones públicas. Ambas están
arbitrando mecanismos para atraer y retener técnicos
a sus respectivos mercados, así como para formar personal
en estas especialidades.
Sin embargo, existe otra forma de capital intelectual a la
que no se presta tanta atención: son los gestores (directivos,
responsables de área y otros ejecutivos) que han de
conseguir que esos cambios se lleven a término. IDC
los denomina "estrategas de negocio Internet". La
consultora revela en un reciente estudio que, sólo
en Europa, hay 1,3 millones de estos profesionales y que la
cifra ascenderá a 6,1 millones en 2004. Los estrategas
de negocio europeos son hombres (en un 84%) jóvenes
(más del 25% de ellos es menor de 30 años),
que en su mayoría trabajan en medianas y grandes empresas
brick & mortar, y en un 68% ocupan cargos de responsable
de departamento o superiores (ver El perfil del estratega).
La influencia de los estrategas de negocios Internet en el
conjunto de la economía será trascendental.
IDC estima que en 2004 moverán 1,7 billones de dólares
en inversiones de negocio e infraestructuras, y que serán
los causantes de la generación de 2 billones de dólares
en comercio electrónico. Pero eso no es todo. Su poder
se está notando ya en otros aspectos: más de
la mitad asesoran o controlan las alianzas y partenariados
de la empresa en que trabajan, y más del 60% influye
o decide en la elección de proveedores o compras de
productos que dan soporte a las iniciativas de Internet de
su compañía.
Se entiende así el argumento de Josep Maria Oroval,
director del Global E-commerce Master (GEM) de ESADE, que
asegura que "la adaptación al e-business exige
un nuevo gestor con unas características muy concretas:
creativo, capaz de trabajar en mercados globales, con una
gran capacidad de networking y una nueva manera de relacionarse
con su gente".
Los directivos españoles son conscientes de las exigencias
del nuevo escenario. Según el sondeo La gestión
empresarial en el año 2000, elaborado por la escuela
de negocios IESE y la consultora de comunicación Burson
Masteller, las tres cualidades más importantes para
el directivo español son la visión de futuro,
la capacidad de motivar a los equipos de trabajo y la flexibilidad
para responder al entorno.
Santiago Álvarez de Mon, director del programa Executive
MBA de IESE, considera que "en general, existe un déficit
en actitud, más que de conocimientos". Para este
experto en sociología del comportamiento empresarial,
"los conocimientos técnicos tradicionales pueden
trasladarse a la Nueva Economía, pero la mentalidad
empresarial es otra cosa. Esto llegará en su momento
a los directivos, que todavía no la han adoptado".
Lugares para aprender Sin embargo, el ritmo de los acontecimientos
no permite esperar a ese cambio de mentalidad. Con el fin
de acelerar la adaptación de los ejecutivos a la Nueva
Economía y, admitámoslo, aprovechando la oportunidad
de negocio que genera esta nueva situación, multitud
de instituciones, universidades y, sobre todo, escuelas de
negocios han creado o adaptado su oferta académica
al e-business. Sólo en España hemos encontrado
una docena de cursos de posgrado especializados en la materia
(ver Dónde estudiar).
David Parcerisas, subdirector de EADA y secretario general
de la Asociación Española de Escuelas de Dirección
de Empresas (AEEDE) afirma que el auge del e-business está
afectando a las escuelas de negocios en varios niveles: "Se
está dejando ver en lo conceptual, porque es una materia
que hay que incluir en los temarios; en el modo de enseñar,
porque hay un impacto tecnológico en la forma de lo
que se enseña (sea nuevo o viejo); y finalmente, en
la gestión de las propias escuelas, en las que necesariamente
deben producirse cambios".
A grandes rasgos, podemos hablar de dos líneas de
actuación de los centros respecto al e-business: los
que han decidido crear un producto educativo específico
para la gestión de los negocios electrónicos
y los que abordan la cuestión de forma transversal,
con asignaturas concretas o introduciendo el tema en cada
uno de sus programas.
"Los masters en e-business y e-commerce están
pensados para personas muy preparadas que buscan recibir una
formación intensiva y rápida", explica
Josep Maria Chaqués, consejero delegado de Grupo Heptium
y director del master en e-business de La Salle en Barcelona.
"Se trata de gente que necesita una formación
a corto plazo. A la larga es normal pasar a otro tipo de estudio
más estratégico, como un MBA", matiza el
coordinador de la oferta e-business de La Salle. (Esta institución
ha previsto un curso puente entre esta formación y
los MBA).
Paralelamente, los programas de formación empresarial
tradicionales -Económicas, Empresariales, especializaciones
y masters- están adaptándose progresivamente
al e-business mediante asignaturas específicas, como
sistemas de información o e-marketing, y el uso de
casos de empresas de Nueva Economía en las distintas
materias. "Por ejemplo, en asignaturas clásicas,
como Estrategia, hace dos años que se presenta el caso
de Amazon y en otras, como Finanzas, se estudian las distintas
formas de valoración de empresas de Nueva Economía",
relata Gabriel Aldamiz-Echevarría, subdirector de comunicación
del Instituto de Empresa.
Desde casa Aunque todavía muy incipiente, existe una
tercera alternativa, representada por las iniciativas de formación
on line. Según Josep Maria Monguet, director del master
en e-business (MEB) a distancia de la Fundación Winterthur,
la aspiración de estos programas es convertirse en
plataformas de formación profesional continua. "Antes
la formación podía planificarse durante tres
o cuatro años y eso hacía que se pudiera estructurar
en el tiempo. Ahora el ritmo es mucho más rápido,
por lo que hay que reducir la dosis y hacerla permanente".
La mayoría de los cursos especializados en e-business
del mercado imparten algunos capítulos de teoría
o práctica vía web, pero los expertos en formación
de directivos no acaban de convencerse de su utilidad en la
totalidad de los programas: "Internet no es un sustituto,
sino un complemento a la formación presencial",
sentencia Parcerisas, de la AEEDE. "La formación
magistral y la teoría más estandarizable, lo
más instrumental (como las estadísticas o un
determinado plan contable) pueden empaquetarse con facilidad.
En cambio, si hablamos de habilidades directivas, de formación
de equipos o de técnicas de negociación, difícilmente
pueden explicarse on line", dice.
Con todo, los responsables de los masters en e-business consultados
inciden en que el elevado grado de obsolescencia de los contenidos
obliga a centrarse en el desarrollo de habilidades para trabajar
con sistemas on line. "El cuerpo de los conocimientos
habrá cambiado de aquí a tres años -asegura
Oroval, responsable del posgrado internacional en el que participa
ESADE-. No creo que tengan tanta importancia los contenidos
en sí como las competencias que se llevan a cabo en
el master y que luego se aplicarán en las empresas".
Así, los distintos centros han creado sus propias
plataformas on line que permiten a los alumnos trabajar en
equipo y gestionar la información para generar conocimientos.
Para Enriqueta Vidal, directora de consultoría y desarrollo
de la Fundación Politécnica de Cataluña,
"uno de los aspectos que se observa en estos masters
es que el conocimiento se está creando constantemente.
Por ello, se ha desarrollado un espacio de gestión
en el que se comparten conocimientos".
Josep Maria Monguet, de la iniciativa Winterthur, considera
que esta formación no presencial debe caracterizarse
por que "el alumno pueda aprender practicando, que la
formación se lleve a cabo mediante encuentros y consultoría
(foros) y que se simplifique al máximo la información".
Breve, práctico y, si puede ser, real En España,
la oferta académica especializada en Nueva Economía
arrancó durante el curso 98/99 y, en algunos casos,
este mes de febrero inicia su tercera o cuarta edición.
Esto se debe a que son programas muy cortos (entre 400 y 600
horas), que se desarrollan en lo que la Fundación Politécnica
ha denominado e-year. Enriqueta Vidal cuenta que "cuando
nos sentamos a diseñar el curso con las empresas participantes,
nos dijeron que una oferta de master en e-business no podía
durar más de cuatro o cinco meses, un e-year".
Otro de los requisitos exigidos por las empresas es que los
cursos sean eminentemente prácticos. "El objetivo
-afirma Joan Pere Losada, director de la Fundación
Industrias de la Información (F2i) sobre el master
de dirección en la innovación en las empresas
de la sociedad de la información que preside- es que
la gente que salga de este curso sea capaz de crear nuevas
empresas, nuevas divisiones o hacer evolucionar proyectos
dentro de la compañía".
Para ello, la mayoría de posgrados diseñan
sus programas alternando teoría y práctica,
pero siempre pensando en un proyecto final. "Se combinan
las lecciones sobre economía y finanzas, compras y
logística, marketing y comercial, RRHH y management
tradicionales desde el punto de vista de la organización
y la tecnología, para pasar a las versiones electrónicas
de las mismas (e-economics, e-financials, e-logistics
)
y terminar con un plan de empresa", dice Chaqués,
de La Salle.
Uno de los aspectos más destacados por todos los docentes
es el sistema de trabajo en equipo. En la mayoría de
los casos cada alumno presenta un proyecto, se efectúa
una selección y, finalmente, se crean equipos para
desarrollar un business plan completo o un prototipo con los
mejores. El responsable del MEB Winthertur explica que los
profesores velan por que los equipos sean lo suficientemente
complementarios y que todos participen: "En la valoración
del trabajo de laboratorio -advierte Monguet-, se ponen notas
individuales y de grupo. Se pide que cada parte del plan lo
firme alguien. Con esto se busca que la gente no se cuelgue".
En el caso del Global E-commerce Master, en el que ESADE
participa junto a otras ocho universidades, se crean grupos
de trabajo multinacionales que trabajan en red a lo largo
de todo el master. "Se trata de utilizar las herramientas:
entender, practicar y prepararse para entornos globales y
multiculturales", señala Oroval.
Por su parte, la responsable del master en e-business de
la Fundación Politécnica cuenta que una de las
maneras de implicar a las empresas en el curso es que los
proyectos ejecutados sean reales. "Del master se sale
con el plan de negocio de un proyecto real y concreto de e-business
o e-service para la empresa". Según Vidal, de
momento cuentan, entre otros, con un B2B2C para el sector
farmacéutico, un proyecto de e-printing, una sede de
distribución de recambios de automóviles y una
red de concesionarios de coches.
Algo de teoría Durante los meses del boom tecnológico,
muchos creyeron que los principios de la economía se
habían subvertido. Que la valoración de las
empresas debía hacerse sólo en términos
de sus expectativas, que cabía cualquier inversión
publicitaria para posicionar la marca (aun a costa de otros
recursos básicos de la empresa) y que bastaba cualquier
idea genial, puesto que los beneficios no tenían por
qué ser el objetivo del negocio. La situación,
sin embargo, ha cambiado.
"En las tres ediciones que lleva el master se ha visto
el impacto de lo que ha pasado en 2000. Ya no hay tanta gente
como al principio con grandes ideas y poco business plan.
Desde octubre -reflexiona Chaqués, de La Salle-, se
ha notado que viene gente después de la gran bofetada,
pero que tiene una visión más sólida
del e-business".
Para obtener esta solidez, los alumnos de los cursos de e-business
reciben cierta dosis de teoría. "En el fondo es
un MBA, pero diseñado a la luz de la Nueva Economía
y siempre teniendo en cuenta las posibilidades que ofrecen
estas tecnologías", comenta Joan Pere Losada,
de F2i. "Aparte de las típicas asignaturas de
un posgrado en administración de empresas -precisa-,
se añaden dos cosas importantísimas: un módulo
tecnológico y un módulo sobre el valor estratégico
de la información".
Aunque la estructura de los cursos varía sensiblemente
de uno a otro, la mayoría de centros coinciden en introducir
asignaturas de tecnología, aspectos legales y finanzas.
La diferenciación llega en algunas materias que darán
el cariz más tecnológico o más económico
al master. En ESADE, por ejemplo, y a diferencia del resto
de universidades que componen el GEM, se han introducido Knowledge
Project Management (gestión del conocimiento aplicada
a proyectos), E-human relations (sobre la relación
entre empleados y empleadores) e Intra-entrepreneurship (sobre
creación de nuevas actividades en el seno de la empresa).
La novedad y la rápida caducidad de los temas obliga
a trabajar con papers o artículos, y no libros. "Parte
del contenido de los programas se genera internamente, producto
de la investigación de nuestro claustro de profesores,
y parte son las enseñanzas de la propia industria,
ya que un número importante de los profesores que imparten
en estos programas son los actores principales de las empresas
europeas e internacionales", asegura Yanire Braña,
subdirectora del master en e-business del Instituto de Empresa,
quien también reconoce que se incluye bibliografía
tradicional.
Aunque todavía es pronto para hablar de clásicos,
los autores más mencionados por los responsables de
estos cursos son los laureados economistas Michael Porter,
Peter Drucker y Jeremy Rifkin, nuestro universal sociólogo
Manuel Castells y los más tecnológicos Gordon
Moore, Robert Metcalfe y Haim Mendelson.
Y después, ¿qué? Tras la inversión
en formación debería llegar la recuperación
en forma de nuevos proyectos, promociones profesionales o
una enriquecida red de contactos.
"En las últimas ediciones hemos tenido una media
de tres empresas de nueva creación por master. En ellas
se han integrado alumnos de la clase", declara un satisfecho
Josep Maria Chaqués respecto a los cursos e-commerce
y e-business de La Salle.
En este sentido, muchos de los centros educativos han fomentado
la creación de concursos, presentaciones a inversores
y, en algunos casos, viveros de empresas en los que se ofrece
un acompañamiento a los recién nacidos proyectos.
Es el caso de ESADE, que anualmente organiza unos premios
de innovación empresarial apoyados por la industria;
La Salle, que está construyendo su Parque de Innovación
Tecnológica y Empresarial desde el que se llevarán
a cabo sus proyectos de "trampolín tecnológico";
o la Universidad Politécnica de Cataluña, que
cuenta con el programa Innova, con el que asiste durante seis
meses a las empresas de nueva creación.
"Nuestra idea no es hacer un master sin más -manifiesta
Enriqueta Vidal, de la Fundación UPC-. Se trata de
crear una red de empresas interesadas en el e-business".
Sin embargo, y como refleja el mencionado estudio de IDC,
la mayoría de los nuevos gestores irán a parar
a empresas tradicionales, en departamentos cercanos a la dirección
pero independientes del resto de la empresa.
Según Josep Maria Oroval, de ESADE, lo que está
pasando con el e-business es lo mismo que sucedió con
el marketing hace quince años: el director de marketing
sólo hacía marketing, pero el reconocimiento
de la importancia de la marca ha hecho que todas sus acciones
pasen ahora por el director general. "El e-business,
que inicialmente aparece como una inquietud de los responsables
de la división de sistemas por los cambios tecnológicos,
está jugando un papel tan estratégico que está
siendo asumido por la dirección general de las empresas".
Los departamentos de e-business suelen estar "no al
margen, pero sí separados del resto de la empresa,
aunque siempre dependientes de la dirección general",
remarca Josep Maria Chaqués, de La Salle. Se trata
de un elenco de profesionales con perfiles muy heterogéneos:
desde el tecnólogo puro y duro hasta el responsable
de marketing o el de contenidos. "De momento, se han
duplicado los procesos de las compañías",
reconoce Chaqués. "Creo que en el plazo de dos
o tres años pasaremos a tener e-business plenamente
integrados en la estructura de la empresa".
Mientras eso sucede, las compañías deben atender
a la formación de sus empleados en e-business. Una
inversión, ya no a largo plazo, como lo ha sido hasta
ahora la preparación empresarial, sino permanente.
Susanna Arasa (susanna@webbusinessonline.com)
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